sábado, 20 de septiembre de 2014

La suerte de las personas tónicas






Incluso las vidas más repletas, deberían de tener un espacio de paredes solitarias,
donde fuera posible soñar y recordar, donde fuera posible extraviarse.
Confieso que el recuerdo es prender la vida de atrás hacia adelante y a veces es mejor la vida sin preguntas o quizá, en un término medio, estaría la solución.
Lo cierto es que hay personas que pasan la vida, enfadados con ella y otras, tienen la habilidad de quedarse un rato con los sufrimientos, el menor posible y re-construirse para sentir con fuerza.

Quienes se permiten estar alegres, no se sienten mal. Viven en armonía con el aquí y el ahora. Son personas tónicas, me encanta dar con ellas y celebrarlas. Es una capacidad preciosa, utilizar los sentimientos para captar información, para embelesarse con la vida.
Parece muy fácil, sin embargo, compramos placeres que mueren casi de inmediato y nos pasamos lamentando nuestra suerte, sin aceptar etapas que nos marcan para siempre y nos impiden ver que el mundo tienes otros colores.
La vida conlleva pérdidas, no siempre transitamos bien, por lo que nos sucede y nos sentimos tristes. Desde bien pequeños, nos enseñan a llevarlo bien, o mal, porque en realidad aprendemos a no permitirnos públicamente la tristeza.

Pero estas líneas de ahora, son para celebrar a estas personas que encontramos en el camino, que nos alientan, nos llenan de razones para continuar. Seríamos muy poco inteligentes, si volviéramos a nuestra manía de querer recrearnos en las heridas, porque esas personas también cansarán de regalarnos su aliento.
Decididamente, la  convivencia con personas tónicas, está altamente recomendada por la Organización Mundial de la Salud.



lunes, 15 de septiembre de 2014

La vida se escancia en gestos sencillos












Construir una ilusión es caminar un paso decidido, sintiendo el latido de personas importantes, que abrigan e impulsan tu vida. También hay otras, a quienes no has tenido ocasión de conocer, que sabes que son ángeles en tu camino, que celebran cuando te encuentran, cuando te ponen cara, cuando te abrazan, seres a quienes ya llevabas queriendo desde tiempo, porque querer, es una decisión que se toma, mano a mano con la intuición.

No a todas las personas a las que decides querer, puedes llevaras de la mano del amor, sugieres entonces, un pliego de razones, para que los sentimientos se coloquen en el lugar, donde deberían guardarse vitaminas para vivir, esa explicación puede llevarnos tiempo, porque el amor es terco y no siempre atiende a razones, casi nunca y dueño de interpretar las señales, las miradas, los silencios, la lluvia y todo, decide Amar, aunque sea sólo un instante, a la orilla de ese paisaje, con el alma entre las manos.

La obra del amor, como una pieza de baile, recoge tantos gestos, como latidos entran en una partitura y esa intensidad del encuentro, recibe aún, la de quien se emociona, mientras la contempla y ese baile, que no puede ser nunca sublime, sin la fuerza del sentimiento, deja de ser tuyo cuando lo expresas, como un hijo que camina solo por el mundo y nada más puedes hacer ya, que dejarlo ir y confiar.