domingo, 28 de diciembre de 2014

Puse los ojos sobre el mundo







A veces al pensar en mi, puedes imaginar que pinto la vida con los colores del arcoíris, que no conozco la oscuridad de los días más difíciles, que no siento las carencias de quienes levantan su voz, que no descifro la tristeza de la miseria de nuestro mundo, te equivocarás.

Podrás creer también que en mi sonrisa, no hay lugar para el desfallecimiento, para la lucha desgarrada, para el hielo que estremece, como la soledad entre las manos.

Pensarás que no conozco los besos amargos, que no sufro y que siempre cuando escribo, luce el sol, en mi orilla y no será así, porque también arrastro la sombra anudada en mi cuerpo, también siento, a tientas, también muero en mi llanto y prendo fuego al reino de mis fantasmas.

Por eso quiero escribirte unas líneas, para que no juzguen una vida por exceso de luz, porque he vivido poco en libertad, siempre contenida, como el pájaro libre, en mitad del desierto.

Y para que no olvides, que de mirar la vida desde lo oscuro, viene el gesto de un amor, que transforma el miedo, en una mirada de libertad, te escribo.

sábado, 13 de diciembre de 2014

La elegancia de la voluntad










Un buen día la vida nos habla con palabras muy tristes, nos tenía avisados ya, que calentáramos nuestros músculos, pero este ejercicio nos cuesta y avanzamos sin preguntarnos demasiado.

Una madre es tantas cosas, que necesitaría una palabra de cada uno de vosotros, para componer una cadena interminable, llena de sentimientos y de verdad.

Cuando a mi madre, le hablaba algunas veces, de mi amor por la danza, ella me miraba sin comprender del todo, la complejidad cada movimiento, creía que esas imágenes era más un sueño que una realidad, por la dificultad de sostenerse en el aire, pero estaba segura, que se trataba de un ejercicio de elegancia y voluntad.

Una madre es tantas cosas, no hay ninguna duda y más aún, si me pide, que continúe, con sus enseñanzas más valiosas, pero en ese empeño, quisiera terminar mis días.

Creo firmemente en su declaración de amor a la vida, en sus sencillas lecciones, que animan a componer la mejor postura, la mejor mirada, la mejor sonrisa, para dar la bienvenida a un nuevo día.

Esa lección de elegancia, sin traje de gala, con las pertenencias poderosas, de la ilusión en sus pasos, la certeza de querer aportar a este mundo, una brazada de amor, que cure, que aliente y que renueve la fuerza en la vida, es el mensaje de esta mañana, de una mirada que entró en los ensayos de dos bailarines de la Compañía Nacional de Danza, YaeGee Park e Iván Sánchez, para entender los renglones de la luz.

sábado, 6 de diciembre de 2014

De vez en cuando la lluvia








De vez en cuando la lluvia, también  nos invita a tomar café y a abrigarnos detrás de una ventana,
para pensar en personas, que abren su vida, todos los días, para regalarnos lecciones de inmenso valor, la vocación de una vida, con la misma ilusión cada día, porque Fina, como la lluvia, no caen del cielo porque sí.

Fina es el motor del Oviedo Antiguo, la calle Mon, se enciende todos los días, cuando ella abre su tienda y desde ese lugar, presta un servicio inmejorable, a todos los vecinos y a quienes pasean hasta ella, para comprar algo y saludar a este tesoro de mujer. Además, enseña a convivir, desde el respeto a todo el mundo y desde su humilde y firme vocación al trabajo.

Con las mismas manos de intenciones, con las que aún hace sus cuentas, cada día, atiende, ayuda y salva, a muchos caminantes que no pasan por allí, por casualidad y no me extraña que así sea, todos pondríamos nuestra suerte en sus manos. La queremos, también en los días de lluvia, que ahora silenció su llanto, mientras escribo, el orgullo de estas líneas, por tener la suerte de conocerla y compartir ese cariño, con muchísimas personas que la tienen en su corazón.