sábado, 8 de febrero de 2014

En busca del tiempo perdido















Somos una larga sucesión de personas a lo largo de nuestra vida,
cada una de ellas, moldeada por las circunstancias del camino de la identidad
y también por los hombres y mujeres, que acompañan nuestra historia particular.
En el armario de nuestro pasado, aparecen algunas piezas que no quisiéramos
haber llevado nunca y de hecho, siempre que podemos, nos deshacemos de ellas.
Con frecuencia nos señalan la infancia, como origen de nuestros problemas,
sin embargo, lo importante, sucede en el presente, no en el pasado ni en el futuro
y desde luego, si pudiera intervenir mi pasado, cambiaría algunas cosas,
preguntaría cosas que me quedaron por saber, lucharía por mis sueños
y me alejaría de las personas, que se creen en poder de una verdad,
que no siempre es la mía. Y muy especialmente,
cerraría la puerta, a quienes llegan para hacer daño
y dicen que es para crecer.
Preferiría mil veces, volver a ponerme hombreras.







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