sábado, 6 de diciembre de 2014

De vez en cuando la lluvia








De vez en cuando la lluvia, también  nos invita a tomar café y a abrigarnos detrás de una ventana,
para pensar en personas, que abren su vida, todos los días, para regalarnos lecciones de inmenso valor, la vocación de una vida, con la misma ilusión cada día, porque Fina, como la lluvia, no caen del cielo porque sí.

Fina es el motor del Oviedo Antiguo, la calle Mon, se enciende todos los días, cuando ella abre su tienda y desde ese lugar, presta un servicio inmejorable, a todos los vecinos y a quienes pasean hasta ella, para comprar algo y saludar a este tesoro de mujer. Además, enseña a convivir, desde el respeto a todo el mundo y desde su humilde y firme vocación al trabajo.

Con las mismas manos de intenciones, con las que aún hace sus cuentas, cada día, atiende, ayuda y salva, a muchos caminantes que no pasan por allí, por casualidad y no me extraña que así sea, todos pondríamos nuestra suerte en sus manos. La queremos, también en los días de lluvia, que ahora silenció su llanto, mientras escribo, el orgullo de estas líneas, por tener la suerte de conocerla y compartir ese cariño, con muchísimas personas que la tienen en su corazón.

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