domingo, 28 de diciembre de 2014

Puse los ojos sobre el mundo







A veces al pensar en mi, puedes imaginar que pinto la vida con los colores del arcoíris, que no conozco la oscuridad de los días más difíciles, que no siento las carencias de quienes levantan su voz, que no descifro la tristeza de la miseria de nuestro mundo, te equivocarás.

Podrás creer también que en mi sonrisa, no hay lugar para el desfallecimiento, para la lucha desgarrada, para el hielo que estremece, como la soledad entre las manos.

Pensarás que no conozco los besos amargos, que no sufro y que siempre cuando escribo, luce el sol, en mi orilla y no será así, porque también arrastro la sombra anudada en mi cuerpo, también siento, a tientas, también muero en mi llanto y prendo fuego al reino de mis fantasmas.

Por eso quiero escribirte unas líneas, para que no juzguen una vida por exceso de luz, porque he vivido poco en libertad, siempre contenida, como el pájaro libre, en mitad del desierto.

Y para que no olvides, que de mirar la vida desde lo oscuro, viene el gesto de un amor, que transforma el miedo, en una mirada de libertad, te escribo.

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