martes, 10 de septiembre de 2013

De las luces y las sombras








Siempre que atravesaba un túnel, no hacía otra cosa que desear estar al otro lado, el momento de ver la luz, era el momento en el que respiraba al fin, por eso tengo tanta práctica en contener la respiración.
Poco a poco, fui perdiendo el miedo y a veces cuando voy conduciendo, me imagino pararme en mitad del camino y aprender los pasos de la oscuridad... no os asustéis, no voy a hacerlo. Creo que por eso me gusta tanto mirar los escenarios, que me recuerdan curvas de un camino para llegar a la luz. 
No siempre tengo cerca una figura llena de ilusión y con ganas de medir su altura, de forzar las estructuras más firmes con la caricia de su gesto, así que cuando caminábamos juntas y nos encontramos el pasillo que nos llevaba al final de una tarde hermosa, no tuvimos más remedio, que detenernos en ese instante.

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