martes, 10 de diciembre de 2013

Miradas de luz







Podría creerse que me gusta mirar sin pedir permiso y en realidad no es así.
Lo que sucede, es que las palabras distraen y rompen la magia del momento.
Por eso algunas veces, por el hueco de la cerradura, me acerco a universos de sensibilidad, de momentos de geometrías, de sueños, de piel y me gustan las historias que me cuentan.
Es una forma de diálogo, es también una forma de autorretrato, si quien mira, se identifica, reconoce, ama y siente, los pliegues, los sueños de quienes están al otro lado.
También es una forma de salvar algunas vidas, al final de un día, de un semáforo, al final del amor.
Una forma de coleccionar instantes, ángulos, maneras de ser.
Son fragmentos sostenidos, con la ilusión con la que siento la vida, gestos que se detienen en mi tiempo y que quiero cuando los miro.


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