viernes, 25 de enero de 2013

El viaje de la edad

Quiero sentir el amar lento donde fermenta el mejor vino,
mirar lejos, tal vez soñar juntos.
Que me enseñes, que hay idiomas distintos en las orillas del alma,
cogernos de la mano del miedo y correr hasta encontrar la luz,
sentir la fuerza de todos los que te quieren
y empujarán ahora, el horizonte difícil de los quehaceres.
Quiero aprender a reconocer la riqueza del suelo,
el clima, la disposición de las viñas,
que me hables sobre la belleza de envejecer,
cómo se potencia el sabor de los años,
sí, quiero marearme lentamente con el color intenso de tu mirada,
con las manos libres para creer en el amor
y en la fuerza de un hombre y una mujer,
que construyen a medias
el viaje de la edad





3 comentarios:

  1. Maravillosa visión del amor entendido como entrega, profunda amistad, lugar complice y estimulante para caminar hacia el horizonte...

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  2. Veo esta mañana la reflexión que merece las palabras del Viaje de la edad. Muchas gracias por el comentario.
    Camino feliz sintiendo que alguien trabaja en el mundo, para construir su horizonte particular, con visión y materiales afines, esa íntima satisfacción, es al fin y al cabo, la sencilla aspiración de quien comparte algo.

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    1. Gracia Luz por este espacio en el que te visito para estar contigo una ratito de vez en cuando...

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