domingo, 10 de febrero de 2013

Instrucciones

A mi abuela Teresa
le gustaba contarme su vida,
cuando estábamos a solas
y a mi me gustaba escucharla
una y otra vez.
Lo mejor eran las conclusiones,
los motivos de celebración de cada día,
valoraba tanto las escasas pertenencias!
y perdía la memoria,
en la tristeza de algunas horas.
Llevo conmigo todas sus instrucciones
y a veces las dejo olvidadas,
entre las manos de mis hijas
y arropadas con el dulce regalo,
de las pequeñas cosas de la vida,
el camino se hace mejor.














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