miércoles, 13 de febrero de 2013

Lola

Te llamas Lola
y lo sabe todo el mundo.
Te quiero desde que me regalaste
la oportunidad de contarte mi universo,
desde que sentí tu risa
desde la ventana de enfrente,
desde que tu nombre y el mío
entrenan desde la fila cero,
la ideología de nuestras vidas.
Te quiero mejor, desde que estamos crecidas,
desde que me llamas para mirarte
desde el otro lado de la amistad.
Desde el día en que desnudamos los miedos
y los llamamos por su nombre.
Desde que somos cómplices,
de los mismos sueños.
Porque celebras con mantel blanco,
la melancolía de algunos vuelos
y porque siempre conservas
una alcoba para mis tropiezos
y una palabra de aliento.
Quiero este lugar, en el que nos encontramos ahora,
a mitad de camino, entre tú y yo


PD. Queda pendiente de incorporar su retrato, todas sus fuerzas ahora y su tiempo, están concentradas
en lecciones imprescindibles de la vida.

1 comentario:

  1. También yo te quiero desde que nos tropezamos, o quien sabe, nos buscábamos en alguna dimensión del tiempo.
    Mi hermana de alma, mi gemela de contradicciones, mi compañera en el camino de dolor y risas.
    Me gusta presumir de ti. Me enorgullece tu forma de ser con esa mezcla de seducción y dulzura y siempre envidiaré tu particular e inigualable manera de perdonar a los otros.
    Irremediablemente yo también te quiero.

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