jueves, 14 de febrero de 2013

Lección de amor

Después del diluvio de nuestras vidas,
qué hermosa es la luz que renace.
Esta mañana quise pasear con ella.
El silencio de una fuente muy pequeña,
me contaba la historia de dos vidas,
dos tragos muy largos de sed.
Tú me ibas hablando todo el tiempo.
Íntima tregua de agua y de vida.
Cuando mis ojos pierdan la memoria
y olviden casi tu nombre,
dime que me enseñaste a descifrar
la verdad de aquella pesadilla,
en la que perdía la voz
y no podía gritar mis miedos.
Y dime que me enseñaste
a defender lo sagrado,
con uñas y dientes
y a zarandear el orgullo,
cuando quiero y hago daño.
Recuérdame que construías durante siglos,
un instante para encontrarnos.
Que me nombraste un día
y emprendí tranquila el vuelo



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