Mi padre buscó un futuro mejor para la familia,
un campo más vivo para la siembra
y para ver crecer a sus dos hijos.
Siempre quiso que nos formáramos,
para ser personas dignas,
pero él nos enseñó la mejor lección:
el compromiso de la palabra.
Costaba a veces entender
la seriedad de sus maneras
y quería que viviéramos,
buscando el cielo en cada día,
con vocación y sencillo equipaje,
con la mirada muy limpia
y el sueño muy tranquilo.
Lo recordaré con sus manos manchadas,
de revolver entre la tierra.
Algunos días mi infancia estaba triste,
porque soñaba un padre con corbata,
pero llegué a tiempo de entenderlo todo
y quererle con toda mi alma,
manchada también de tierra.
Esa es la estación de ahora.
Y a él le hace feliz saberlo.
Construyendo una ilusión, es un trabajo de diálogo personal conmigo y con vosotros. La vida se va mientras dudamos, mientras ocultamos la vocación, mientras encontramos las claves para creer en nosotros. Construyendo una ilusión es una recopilación de material hermosísimo de afectos ciertos de las personas que impulsaron mi ilusión, mis ganas de ser, es una recopilación de lugares que guardo en la memoria, de intuición que insiste una y otra vez en hablarme con palabras muy claras.
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