miércoles, 13 de febrero de 2013

Teresa

Querida Teresa,
aunque los guiones de nuestras vidas,
no quieran que nos demoremos,
quizá esos encuentros contados
con los dedos de nuestra intuición,
hayan sido la hermosa base,
del equilibrio inestable de una amistad,
que alimenta e inquieta la emoción.
No sé en que cajón guardas los sentimientos,
pero sé dónde encuentras
el aliento de cada mañana,
en el amor -me decías-  y en la sensibilidad.
Desde entonces te celebro,
con la calma que respiro al nombrarte,
como el sueño impronunciable
a estas alturas de la vida,
como el azar que te  tropieza
al cruzar nuestro parque.
Confieso que crece el deseo
de avanzar entre luces y fragilidad
cuando tú me miras y me nombras.
Y confieso, mi afición sin fin a tus palabras,
que me desarman y adormecen:
"Hoy en Beirut quedan los restos de una tormenta
(agua a chorros, pero agua feliz).
Vivo en Ras Beirut,
en un edificio donde también vive,
un taxidermista.
Nosotros, tras una puerta blanca
y un número 11 en dorado...."


PD. Teresa Soto es escritora y poeta, ama y vive, ahora en Beirut. Pendiente de dibujar el retrato de su alma. Encontraremos un día entre su casa y la mía.






No hay comentarios:

Publicar un comentario